miércoles, 12 de octubre de 2011

Cienaga

Fuente marchita, que abandono me has traído;
Ya no podré tener remanso, si tanto nos amamos; por que ;
Dime porque el naufragio, los besos se hundían en el barro,
La huida caduca, la huida se vuelve tumba.

Te vi hundir las manos en la ciénaga, abrir los brazos y volar;
Liberarte del deseo y amainar en nuestro seno la muerte,
No pude hacer nada, mientras el puñal carmesí brotaba de mi vientre,
Mientras te veía perderte en sombras y penumbra.

Se va marchita, te veo desfallecer, junto a mí, me desangro
Y veo de tus labios brotar un rubí, me azota preciosa gema de vida,
Cierras los ojos y termina la lucha, siento el puñal entrar en mi vientre, y
Te veo nuevamente correr descalza hacia la ciénaga.

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